Viajamos a muchos lugares de la Tierra a lo largo de
nuestra vida, aunque es verdad que hay personas que viajan más que otras, en
definitiva, siempre hemos sentido un “algo” a explorar otros lugares que no son
los nuestros de nacimiento.
Y es ese “algo” es lo que vamos abordar, pues hay
millones de ciudades, de pueblos en este mundo, pero cada una de ellos esconde
características muy concretas que las hacen ser diferentes y que sobre todo nos
hacen sentir cosas diferentes.
Cuando nos encontramos en una ciudad desconocida y
miramos por nuestros, somos capaces de ver más detalles que estos son capaces
de alcanzar. Esto se debe, a que abrimos más que nuestros cinco sentidos, pues
los detalles, como distintos signos que aparecen en algunas de las ciudades nos
llegar a transmitir sensaciones, y estas
hacen que vivamos y entendamos la ciudad desde otra perspectiva.
Y es que quién no ha viajado y a al entrar a un lugar en
ruinas se ha sentido en tiempos pasados o a sentido deseo por sentir aquello
que los pertenecientes al pueblo sienten al mirar una persona con ciertas
características, y es que, no todas las ciudades son iguales y no todas
despiertan los mismos placeres.
Mientras que unas nos invitan a soñar otras nos
introducen a ser conscientes del mundo actual, pues contemplamos en ellas, el
auge de la tecnología o simplemente la actividad frenética de sus habitantes.
Otras en cambio, nos hacen revivir momentos del pasado, aunque bien es cierto
que nunca será igual, pues no llegaremos a sentir lo que anteriormente otros
han sentido desde la misma perspectiva, pues nuestra visión es otra.
Pero no todo es positivo, siempre hay momentos dentro de
las ciudades, esos re cobijos que han vivido historias tristes o han pasado
cosas misteriosas que nos hacen sentirnos de una forma frágil pues no sabemos dónde
mirar más allá.
Y es que en definitiva, cuando viajamos también buscamos
esas sensaciones que quizás el pasar tanto en las nuestras hayamos perdido esa
magia de descubrir esos elementos que nos hacen ir más allá de donde nos
situemos, y en esas ciudades o pueblos donde tenemos la oportunidad de mirar
una luz y descubrir el placer y el deseo de sentirnos bien.
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